El costo de importar productos desde China al resto del mundo se ha disparado a niveles impensables. Si antes se pagaban US$2.500 por mover un contenedor desde China a Costa Rica, ahora se pagan US$20.000 y este aumento descontrolado afecta sin lugar a dudas el bolsillo de todos los consumidores, ya que estos incrementos en el transporte se trasladan en la mayoría de los casos a los precios finales de los productos.
Detrás del impresionante aumento en el valor de los fletes marítimos está la llamada "crisis de los contenedores", es decir, una insólita escasez de espacio disponible para transportar los productos de Asia a Occidente.
El congestionamiento que existe en los principales puertos de transbordo en América Latina y los cierres temporales de algunas terminales marítimas de China, debido a las estrictas medidas para controlar la pandemia de Covid-19, se han mezclado con la falta de contenedores, lo que demuestra que cuando una de las partes del engranaje del transporte marítimo se queda trabada, todo el sistema se ve afectado.
Como si fuera poco, la pandemia ha provocado todo tipo de desajustes en la cadena de suministros, que van desde la escasez de materias primas o mano de obra hasta la falta de espacio en los buques de carga y en los terminales marítimos. Gran parte de esta situación empezó a inicios del 2020 cuando las empresas disminuyeron sus compras debido a los confinamientos adoptados por los gobiernos y muchas empresas de transporte redujeron sus operaciones.
Sin embargo, a finales del año pasado resurgió la demanda en muchas partes del mundo y el sistema de transporte marítimo no estaba preparado para responder a esa reactivación, lo que complicó su capacidad de reacción.
Además, si a esto se le suma el cierre temporal de terminales portuarias en China y el cierre de fábricas en países como India, Vietnam o Bangladesh por la pandemia, el panorama se complica aún más, ya que alrededor del 80% de los bienes que consumimos en el mundo se transportan por vía marítima, según estimaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Lo anterior ha provocado un efecto dominó que se podría convertir en “una bola de nieve”, porque por el momento no parece tener un final cercano.
¿Cuánto tiempo durará esta situación?
Los expertos coinciden en que los problemas logísticos para transportar productos continuarán hasta buena parte del 2022. Por ello, empresas como Adidas, Crocs y Hasbro, ya han advertido que se están preparando para un fin de año difícil en materia logística.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan las empresas es tomar decisiones comerciales desconociendo qué va a pasar con la variante Delta del Covid-19 y cómo afectará los fletes marítimos.
Un ejemplo es el cierre parcial del puerto chino de Ningbo en agosto 2021, luego que un trabajador diera positivo por Covid-19, lo que obligó a las principales líneas navieras internacionales, como Maersk o Hapag-Lloyd, a buscar otras alternativas portuarias y advertir a los clientes sobre los retrasos.
Lo anterior genera preocupación en empresarios y expertos por los futuros brotes y hasta qué punto China y otras naciones portuarias importantes tendrán que seguir imponiendo regulaciones estrictas para proteger a sus poblaciones.
Consejos
Si bien no hay una receta mágica para superar esta situación, le compartimos 5 consejos para sortear la crisis actual:
En Overseas Logistics Operations seguimos trabajando para brindarle apoyo logístico y que sus mercancías lleguen de la mejor manera.